domingo, 20 de septiembre de 2015

Bajó un satélite
se detuvo a mi lado
y me llevó por su órbita.

Volamos a la intemperie bajo furiosas tormentas
y nubes espesas, pero etéreas.
Transparentes. De papel.

Algunos años permanecimos así.
Tejíamos tibia la senda
por la que nos deslizábamos.

A veces perdíamos pie sobre la superficie.
Si él no estaba no funcionaba.
Juntos terminábamos por remontarnos
alto y triunfalmente.

Así sujetada podía flotar.

Septiembre de 2015

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