lunes, 26 de noviembre de 2018


Mi fe en los tilos

En un mes comienza el verano, y estoy por salir a la calle. 
Me acerco a la ventana y siento el perfume de los tilos que están en la vereda.

Abro la puerta. Me dejo avasallar por el aroma húmedo y dulce que me recibe. 
Me envuelve su melodía. Respirarlos es un remedio para la pesadez del espíritu.

Su armonía es tan parecida a tu presencia.
Ahora ya sé qué era.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Me tapo los ojos y la boca con las dos manos
y entro instantáneamente en las horas en que

dándote placer me sentía acariciada por tu cuerpo.
Lo único que resiste es el recuerdo.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Dos en arreglo floral

Se acercan los dos al altar
improvisado en el jardín

ella lleva un ramito de
jazmines entre las manos

desplegando su altura, él luce unos
ojos sonrientes detrás de los anteojos

un vestido de parches blancos, ella
y unas sandalias de cuero color claro

él, pantalones rayados y remera de algodón
con inscripción colorida al centro

los dos usan el mismo perfume dulce
bien para estos días de verano

no hay cura, sino un mejor amigo
que les junta las manos al frente

ensayan en voz alta unas palabras, suspendidas por
la brisa cálida de las primeras tardes de diciembre.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Ya no voy a saber 

qué lugares recorrieron
contra qué hicieron presión

qué les prohibieron tocar
las superficies que acariciaron

de dónde fueron echadas
contra qué lucharon

qué no quisieron rozar nunca
de qué debieron recuperarse

qué las hizo arder
por dónde se deslizaron.

Ya no voy a conocer
la historia de tus manos.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Mi memoria

   A veces, me pregunto por qué no puedo recordar algunas ideas, vivencias o acontecimientos. Y mucho menos cuándo o en qué años sucedieron. No me acuerdo de lo que para mí es efímero, lo que no necesita ser atesorado o bien dejado a un lado, por lo penoso.
   Es muy poco lo que alimenta mi memoria. Lo superficial, a veces, sería práctico recordarlo, pero no hay caso: mi corazón decide.

Brazos como alas

   Cuando te sentís derrotada después de largos días de esperar unas palabras o un gesto que no llegan, se acercan un par de brazos alados y te resguardan el espíritu. Evitan que te pesen las penas. Te suspenden. No dejan que caigas con fuerza a tierra.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Vos caminás

y yo voy detrás, desdibujando tus huellas.

Disperso el brillo de tus palabras amorosas.

Es preciso apagar este amor.