miércoles, 7 de marzo de 2018


Un determinismo

Si es persona maleable, ingenua y está donada
pierde forma cuando con brutalidad se la trata.

Corrompida, queda así de modo permanente.
Volver ya no puede; no hay adónde.


No la nada

                      Para Germán Scarabelli
                      In memoriam


¿Será verdad que sólo
hay un vacío enorme tras las cosas
cuando vemos
subir la luz de un cielo como este
y abrirse el día así? ¿Será
verdad que atrás de estos colores
que el otoño dispersa, la belleza
y el dolor de los cuerpos
un santo ríe y nos espera
gozando de su engaño
con la furia inocente de lo altísimo?
¿Que hay consuelo después
como hay ahora
desconsuelo y salimos
despiertos de este sueño
y no al contrario?

Qué batalla la nuestra
si es tan dulce
a veces
cambiar esas miradas
con la luz
y si también la noche
se siente que cobija
a ratos
lo que nos duele atrás
de lo que somos.

Lo pienso ahora
que parece que te vas
y estás quedándote
al mismo tiempo en todo
lo que veo. Y no se pierde
tu forma, rasga un velo
me digo, que entorpece
mirar lo que está ahí,
lo que sentimos
amar, y cuesta irse
confiar en la ilusión
que, cuentan, es
lo misteriosamente
diferente
y no la nada.


Sonia Scarabelli (Rosario, 1968)


Veloces los pies

que se alejan del intento
de los demás de domarte.

Veloces los pies
que bailan cuando oyen
la música que gozamos.

Veloces los pies
los nuestros, que escapan juntos
adonde ya no pensamos.

lunes, 5 de marzo de 2018

Por un momento
creí que había muerto.

Ya no más soñar con verte
ver en vos mi mundo entero.

Después de besarte esa vez
me acuerdo cuando te dije:
¿Dónde estabas?

Te había encontrado, por fin,
después de buscar tanto tiempo.

Y ahora volviste, y ya no muero.
Busco, otra vez, palabras en el diccionario
como si no conociera su significado ya.

Intento ver a través de otros ojos
de lo que no me puedo fiar
en mi mundo interno.

Vuelvo a mí después de leer
y ahora tampoco comprendo.

Es más del mismo extrañamiento.

domingo, 4 de marzo de 2018

Un verano

ella se sienta en un banco en la vereda
y toma un helado de crema y chocolate
que le empapa el paladar y los labios.

Le dura largos segundos el sabor en la boca.
Sin demora la rodea el perfume a violetas
del árbol de al lado. Se detiene la tarde.

Nadie sabe adónde va el tiempo que pasa.

viernes, 2 de marzo de 2018

Hago la experiencia de ponerme
los auriculares grandes sin música.

Me oigo la respiración
los pequeños sobresaltos
el ritmo interno.

Escucho una versión
de mi cuerpo entero.