lunes, 11 de mayo de 2015

David Trashumante


Lo más difícil
de embotellar tu corazón
no es desplegar su quilla
y elevar sus mástiles,
tampoco tensar sus jarcias
una vez dentro de la botella.

Lo más difícil
es hacerlo a sabiendas
de que una vez puesto el tapón
ya no soplará viento alguno
que hinche sus velas.

David Trashumante

La transcripción es mía

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