miércoles, 5 de marzo de 2025

Cuando, a la edad de cuarenta y cinco años,
empecé a escribir seriamente,
había estado tres años sin beber alcohol
y finalmente podía sentarme solo en un cuarto sin un intento
 de suicidio

me puse un objetivo —una página al día
llegaba a la casa de mi mamá de la reunión del mediodía de
 Alcohólicos Anónimos
y escribía mi página diaria

buena, mala o indiferente

así es cómo empecé
una página al día
todo lo que tenía a mi nombre era mi rabia
y la vieja y temperamental Smith-Corona portátil de mi padre

nada más —nada que perder
sin apartamento
sin perspectivas de trabajo
un pedazo de mierda de coche usado de siete cilindros
cincuenta dólares a la semana como limosna de mi mamá

y
mi imaginación
y
un deseo —de ser un buen escritor

ahora —once años después— nadie puede callarme


Dan Fante (Los Ángeles, 1944 - 2015)

Traducción de Juan Arabia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario