Cuando, a la edad de cuarenta y cinco años,
empecé a escribir seriamente,
había estado tres años sin beber alcohol
y finalmente podía sentarme solo en un cuarto sin un intento
de suicidio
empecé a escribir seriamente,
había estado tres años sin beber alcohol
y finalmente podía sentarme solo en un cuarto sin un intento
de suicidio
me puse un objetivo —una página al día
llegaba a la casa de mi mamá de la reunión del mediodía de
Alcohólicos Anónimos
y escribía mi página diaria
buena, mala o indiferente
así es cómo empecé
una página al día
todo lo que tenía a mi nombre era mi rabia
y la vieja y temperamental Smith-Corona portátil de mi padre
nada más —nada que perder
sin apartamento
sin perspectivas de trabajo
un pedazo de mierda de coche usado de siete cilindros
cincuenta dólares a la semana como limosna de mi mamá
y
mi imaginación
y
un deseo —de ser un buen escritor
ahora —once años después— nadie puede callarme
Dan Fante (Los Ángeles, 1944 - 2015)
Traducción de Juan Arabia.
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