Primero una se nutre
de caricias y besos
hasta los huesos
son creaciones
cada vez
de los primeros tiempos
de calor, regazo y alimento.
Aunque alternan
esos nidos bálsamos
con matices gruesos del rigor
vociferan impiedad
y la ternura de cuna
deviene páramo amarillento.
Madre
crueldad había en tus ojos
madre yo
crueldad hay hoy en estos.
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