Recorro
rondas de bienestar
y me encuentro
unívoca
se colorean
los lindes del desatino.
Pero la serenidad
se reconoce concéntrica
y coincide
ilusoria.
¿Soy esta de hoy
o soy
trémula
la de antes?
Tal vez es ahora
que debería pedir auxilio.
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