Nos damos la mano
las dos caminamos.
Cuando viajamos
ella se suspende
se vuela
yo la arraigo, le hablo
¿qué mundos refleja?
solo los habita ella.
Luego llegamos
y al subir
los primeros cinco
despido su mano
ella está en su tiempo
son todos sus mitos
imágenes dúctiles
escenas tan frescas
y nuevas de ritos.
Yo bajo unos cinco
me quedo a esperar
junto a un té caliente
poemas, canciones
y mis anotaciones.
Después son otros cinco
y nos encontramos
la llevo en mi mano
y ahora permanece
ella desde afuera
despego mis mitos
mis posibilidades
las podo, desplazo
las transporto
y les doy cauce.
Cuando yo salgo
los ojos se besan
y son otros cinco
pasando la puerta.
Pisamos el suelo
plantadas a flote
fugaces
brillantes
de anhelos en brotes.
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