martes, 15 de abril de 2025

Tener una tortuga tranquiliza


cuando caminas miras dónde pisas

pero hiberna y te puedes distraer.


Se alimenta con poco y se introvierte

bajo su piedra antigua escriturada.


Sin decirlo te enseña la morada

adonde los sentidos retraer:


quizás para salvarte de querer

lo que el mundo te oculta, lo que muestra.


En no ser para ser,

en medio de los sabios es maestra.


Hugo Padeletti

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