Esa mujer que viene hasta la casa de al lado trae siempre un rosario enredado entre las manos. Tiene el pelo largo y entrecano, y usa una gorrita estilo hindú con brillos que enmarcan una cara de mejillas tibias y rosadas. Parece una pepona.
De piernas y brazos delgadísimos. Lleva una carterita cruzada. Su estilo al caminar es enérgico, reconcentrado. A pesar de cierta languidez en la mirada, se la ve ensimismada en su tarea: Con toda vocación viene a dejar sus bendiciones.
Por lo general, toca el timbre. Se para afuera de la casa, baja la vista, se persigna y reza con fervor para que Dios proteja a mi vecina. Permanece mucho tiempo así. Reza mucho, o varias oraciones.
En una época le dejaba ofrendas. Todo tipo de provisiones como leche, azúcar, café. Roxana al principio se molestaba, pero ahora la saluda y se quedan hablando un rato. Un par de veces se ocupó de nosotros. Nos donó una cantidad impresionante de golosinas.
No sé cómo serían nuestros días sin la protectora.
No sé cómo serían nuestros días sin la protectora.
Me gustó! Existirá esa pepona?
ResponderEliminarGracias, Vicky! Te quiero siempre <3
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