Ya no voy a saber
qué lugares recorrieron
contra qué hicieron presión
qué les prohibieron tocar
las superficies que acariciaron
de dónde fueron echadas
contra qué lucharon
qué no quisieron rozar nunca
de qué debieron recuperarse
qué las hizo arder
por dónde se deslizaron.
Ya no voy a conocer
la historia de tus manos.
Belleza contundente en cada verso, como el sol caído entre las hojas.
ResponderEliminarGracias, Jorge :-))
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