Mi fe en los tilos
En un mes comienza el verano, y estoy
por salir a la calle.
Me acerco a la ventana y siento el perfume de los tilos que están en la vereda.
Me acerco a la ventana y siento el perfume de los tilos que están en la vereda.
Abro la puerta. Me dejo avasallar por
el aroma húmedo y dulce que me recibe.
Me envuelve su melodía. Respirarlos es un remedio para la pesadez del espíritu.
Me envuelve su melodía. Respirarlos es un remedio para la pesadez del espíritu.
Su armonía es tan parecida a tu
presencia.
Ahora ya sé qué era.
Ahora ya sé qué era.
A veces el mundo puede ser una ventana.
ResponderEliminar¡Gracias por tu comentario, Jorge!
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