Vaporosos
Un solero de bambula blanco corte princesa
comprado en la feria un sábado de sol
el eco de una sonrisa franca
de otro, después de un logro propio
unas sandalias bajas
frescas y abiertas color salmón
una de esas ofrendas que
se estrechan genuinas y generosas
las pestañas alargadas con rímel negro
y en el pelo hebillas de mariposas
una línea de canto con el velo del paladar
levantado, los días en que se es amado.
viernes, 14 de septiembre de 2018
lunes, 10 de septiembre de 2018
jueves, 6 de septiembre de 2018
Este parque
Hoy salgo de casa y camino hacia el lado de parque Chacabuco. Me sorprende la tarde serena en el barrio. Está cálido y el sol me toca fijo, parejo, caliente.Todavía es invierno en septiembre, pero ya se ve la primavera despuntar.
De repente, el sol me enceguece; al punto que después de un rato cruzo buscando la sombra. Por un momento, me arrepiento de no haber traído a Galo conmigo. Lo pondría contento corretear por acá.
Mi cabeza bucea entre los recuerdos ese mismo sol y veredas anchísimas de los días de infancia, cuando íbamos con mamá en bici o patines por Asamblea estas diez cuadras.Algunas breves escenas resisten, aunque quedan lejos ya.
Llego al parque. Hay árboles floridos y quietud y algunas sombras. Quiero entrar. Pruebo por distintos caminos. ¡Parece todo tan extraño! Necesito algo de reposo, pero el paisaje tan cambiante me impide descansar. Es como si los caminos fueran disonancias que no se dejan resolver. No hay modo de sentir familiaridad. Mi silencio es por acá.
martes, 4 de septiembre de 2018
Lo Cotidiano
Para el amor no hay cielo, amor, sólo este día;
Este cabello triste que se cae
Cuando te estás peinando ante el espejo.
Esos túneles largos
Que se atraviesan con jadeo y asfixia;
Las paredes sin ojos,
El hueco que resuena
De alguna voz oculta y sin sentido.
Para el amor no hay tregua, amor. La noche
Se vuelve, de pronto, respirable.
Y cuando un astro rompe sus cadenas
Y lo ves zigzaguear, loco, y perderse,
No por ello la ley suelta sus garfios.
El encuentro es a oscuras. En el beso se mezcla
El sabor de las lágrimas.
Y en el abrazo ciñes
El recuerdo de aquella orfandad, de aquella muerte.
Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925 - Tel Aviv, 1974)
Para el amor no hay cielo, amor, sólo este día;
Este cabello triste que se cae
Cuando te estás peinando ante el espejo.
Esos túneles largos
Que se atraviesan con jadeo y asfixia;
Las paredes sin ojos,
El hueco que resuena
De alguna voz oculta y sin sentido.
Para el amor no hay tregua, amor. La noche
Se vuelve, de pronto, respirable.
Y cuando un astro rompe sus cadenas
Y lo ves zigzaguear, loco, y perderse,
No por ello la ley suelta sus garfios.
El encuentro es a oscuras. En el beso se mezcla
El sabor de las lágrimas.
Y en el abrazo ciñes
El recuerdo de aquella orfandad, de aquella muerte.
Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925 - Tel Aviv, 1974)
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